Los pasos que habíamos realizados sin estar pendientes del tiempo, pues el día presente parecía completo, han llegado al corredor final de esta etapa. La realidad nos abofetea el rostro solo para que abramos los ojos, cegados por las posibilidades ya dejadas atrás, es el momento para decidir. Muy seguramente los senderos que hemos deambulado con aquellos que son cercanos se separaran. Nos bañamos en llanto, tenemos la necesidad de hacerlo, ¿Por qué negarlo?, si las lágrimas no se llevaran los recuerdos, solo se harán más fuerte, y todos esos momentos que vivimos con esa sonrisa de felicidad infante se grabaran con tinta permanente en nuestros corazones.
Una pequeña vos en nuestra mente nos avisa, con gritos casi inaudibles, que es tiempo de formar nuevos caminos, aceptar el desafío que se nos ha impuesto, y no solo eso, salir vencedoras de este.